InicioConéctate con tu familia y amigosConsejos de un adulto mayor a sus nietos

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Nietos,

Yo nací hace mucho tiempo, como dicen ustedes, casi comparto el mundo con los dinosaurios. Estos años, niños, no han estado vacíos. Tuve tiempo de enamorarme de la abuela, de proponerle matrimonio, de tener tres hijas maravillosas, de hacer una carrera, de conocer muchas partes del mundo… pero, ¿saben para qué es para lo que más he tenido tiempo? Para equivocarme. Para cometer errores. Para seguir caminos que solo me llevaron a profundos abismos. Para pedir perdón. 

No me arrepiento de los errores que cometí, porque son esas cosas las que me llevaron a ser la persona que soy hoy, que finalmente lograron que construyera esta familia que los recibió a todos ustedes con los brazos abiertos. 

Yo no quiero que ustedes sean perfectos, pero no quiero tampoco que cometan los mismos errores que yo. 

Cometan errores que sean solo de ustedes: propios, originales, auténticos. 

Para eso, quiero dejarles unos consejos. No sigan los caminos equivocados que yo ya comprobé que no los van a llevar a ninguna parte.

  1. No se tomen tan en serio los regaños de los papás: Es verdad que ellos quieren lo mejor para ustedes y que todo lo que hacen lo piensan desde el amor, pero los papás se equivocan mucho con los hijos. Yo cometí muchos errores educando a las mamás de ustedes. Escuchen más a sus abuelos y a sus corazones.
  2. Tengan un hobby creativo: Pinten, dibujen, canten, bailen, esculpan, hagan teatro, vean cine, toquen un instrumento… lo que sea que esté relacionado con el arte, la creatividad y el amor. La vida es muy cortica para no dedicarse a seguir desenfrenadamente a las pasiones.
  3. Elijan su trabajo o profesión porque les gusta hacerlo: Es verdad que hay oficios que dejan más dinero que otros, pero a mi edad uno se da cuenta de que la plata no lo es todo… El amor lo es todo. Yo quiero que ustedes se levanten todos los días y sientan ganas de ir a su trabajo.
  4. No griten:  Nunca funciona. Solo les deja dolor a ustedes mismos y a los demás. Cada vez que he gritado, he fallado. Las palabras son muy poderosas, por lo que deben usarse con mucha responsabilidad. No le griten a nadie cosas que no sienten, no le griten las verdades a nadie, no se griten ustedes mismos.
  5. Mantengan las promesas: Como ya dije, las palabras son poderosas y al final del día lo único que nos queda es la tranquilidad de saber que la nuestra vale algo. Mantengan las promesas aunque les duela, aunque sea difícil, aunque sea más fácil huir, aunque les duela el orgullo. Mantengan las promesas siempre, especialmente con los niños.

Espero que se les graben estos consejos para que cuando sean ustedes los viejos puedan decir que cometieron tantos errores como su abuelo, pero que nunca fueron los mismos, que ustedes fueron originales, que se equivocaron en cosas que nadie nunca se había equivocado. 

Equivóquense, niños, que la vida es más sabrosa así. 

Los amo mucho, 

Toto.