InicioMantente actualizadoEfectos a largo plazo que puede dejar el COVID-19

Recuperarse del contagio de COVID-19 no garantiza que este virus no deje rastro en nuestro organismo.

Las secuelas que deja el COVID-19 no son iguales en todos los pacientes e incluso algunos no las sufren, sin embargo, pueden ocurrir algunas afecciones a largo plazo que son definitivamente una huella de este virus en nuestro cuerpo y que, generalmente, aparecen cuatro semanas después de la recuperación del contagio. Aquí te contamos algunas de las más comunes, para que estés alerta en caso de que estés presentando alguna:

  • Cansancio extremo y fatiga, especialmente después de realizar actividad física. 
  • Problemas para dormir y asociados al estado del sueño.
  • Taquicardia.
  • Sensación de hormigueo en las articulaciones.
  • Pérdida del cabello.
  • Diarrea.
  • Cambios en el estado de ánimo. 
  • Sarpullidos o brotes cutáneos. 
  • Acné. 
  • Pérdida del gusto y el olfato durante varios meses.
  • Tos.
  • Dificultad para respirar.
  • Incapacidad para concentrarse en actividades que antes le resultaban fáciles como leer, estudiar, escribir, tocar algún instrumento. 
  • Depresión y ansiedad.
  • Los pacientes con enfermedades de base pueden sufrir alguna alteración en su condición e incluso empeorarla. 

Aunque son muchas más las secuelas que deja el COVID-19, estas son algunas de las más comunes. Se conocen también como COVID-19 prolongado, COVID-19 de larga duración, COVID-19 postagudo, efectos a largo plazo del COVID-19 o COVID-19 crónico. Los científicos de los centros de epidemiología de todo el mundo continúan estudiando estos síntomas que se prolongan luego de recuperarse del COVID-19, con el fin de obtener información sobre los factores que se desencadenan en algunos pacientes y qué los hace más vulnerables a estos efectos de larga duración.